viernes, junio 24, 2011

Ese enquistado platonismo que vive en mí venenoso se nutre de continuo en letras y sonidos que me son imposibles de evitar. A ellos recurro una y otra vez como un bobo sin memoria, anidándome en las entretelas del juicio ideas sobre la intensidad de la vida carentes por completo de representación real. Y sin embargo caigo y caigo, y no puedo parar de beber en aquellos versos que me cortan en mil pedazos, y me engañan, y me dan la vida, y me engañan. Siento huracanes que sólo podré sentir de invenciones, pues no existen aunque los sienta. Y si soy un cobarde lo soy por permitirlo, y por abandonarme a ellos.
¿Qué es real y qué no, A.? ¿Qué es necesario y qué estúpido barroquismo?
Creo que ni tú lo sabes.

1 comentario:

pardilla dijo...

Respuesta de S.:
Ese "enquistado platonismo" eres tú, o quizá el vive en ti, pero de cualquier modo forma parte de algo que has construido o te construyó, y te convierte en el observador único de ilusiones y anhelos que quizá jamás puedas explicar. Esta es solo mi interpretación de tus breves versos. ¿Por qué responder? Porque cuando uno descubre que otro sufre las tribulaciones un desencanto parecido, se siente en la obligación de decirle: "¡ánimo, lo estás haciendo bien!"- Quizá de nada sirva decirte que estés orgulloso de ser como eres, pero como es tan sencillo un día sentirse perdido, otro serás la persona tocada por el universo.