domingo, septiembre 25, 2011

El huerto del Diablo



En el huerto del Diablo se oyen ecos de viejos sonidos, órganos cascados vibrando, Rhodes distorsionados que imitan la voz de un empedernido fumador de puros, guitarras que suenan por amplificadores primitivos puestos al máximo. Hay patatas rojas, y tomates violetas; berenjenas en altos árboles, maíz verde entre hermosos arbustos amarillos.

El huerto del Diablo se aró con manos de músicos,
de músicos con manos
manchadas de pintura.

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