martes, diciembre 20, 2011

Estoy ávido de estrellas

No me arrepiento, sé que crezco y me formo en mi sagrada disciplina (para mí sagrada), pero es una cárcel; necesaria, pero una cárcel. Una cárcel dónde no puedo mirar las estrellas. Por eso, me es preciso dejar constancia aquí que me muero artísticamente. No por la sequía de mi mano, que a nadie debe importar, sino por no disfrutar del genio y la sangre que dejaron otros, maravillosos otros. Estoy aprisionado por el tiempo. ¿Qué ocurre con Lorca, con Pessoa, con Perec? ¿Qué habrá escondido en esas páginas? ¿Qué gritos burlaron al tiempo? ¿Qué increíble amanecer de ideas nacen sin estar yo presente?
¿Qué me deparará el futuro, aburrido tecnócrata, pseudotodo?
Habrá que esperar. Habrá que esperar y Dios proveerá y todas esas tonterías.

Tengo sed... estoy ávido de estrellas.

domingo, diciembre 04, 2011

Ha aparecido, en este paisaje de almas talladas en costras de árboles, un sol dibujado con ceras que me sonríe franco. Qué extraño lo encuentro. Lo miro y todo se llena de cálida luz; lo examino y ni una mentira encuentro en su rostro.
Me confundo.
Me miro las manos, tan bellas llenas de lágrimas, y luego vuelvo a mirar al sol que me sonríe.
...
Me sorprendo corriendo hacia él desesperado.