lunes, abril 25, 2016

En la muerte no hay libertad. Hay nada. Y sobre la nada sobran todas las palabras del mundo. La nada es muda, ciega, inanimada, no piensa, no siente, no razona. Solo nada. No hay tranquilidad, no hay belleza, no hay música, no hay lágrimas, no hay melancolía, no hay esperanza. NO HAY NADA.

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