Hace un momento estaba estudiando. He mirado hacia un estante y he visto un libro que tengo pendiente desde hace mucho tiempo. Hace ya varios meses que no toco un libro, ni una novela, ni un cuento, ni un poema. Nada. Les he cogido aversión de negarlos tantas veces con la mirada en mi habitación por tener que estudiar. Sin embargo hoy, ahora, hace un momento, he mirado ese libro que tengo pendiente desde hace mucho tiempo y he podido alargar la mano, cogerlo y comenzar a leer.
De golpe, el sistema nervioso central desaparece, y una voz masculina comienza a hablarme, a contarme una historia ajena a mí que pronto la hace mía. Conozco a un hombre que está triste porque no sabe interpretar correctamente el momento más hermoso que ha vivido jamás. Lo veo ahí, de pie junto a la ventana, mirando a través del patio la pared del edificio de al lado. Lo oigo recordar, noto su ansia, su amor. Noto su miedo. De repente estoy dentro del libro, yo formo parte del libro, y un momento después tomo conciencia de ello. Echaba de menos esa sensación, esa de querer por un instante quedarme acurrucado entre sus páginas, volar a Praga y acompañar a Tomás en su incertidumbre, saber qué fue más deseable, si el peso o la levedad. La sensación de quedarme a vivir en el libro.
Mal que me pese, la realidad acusa, y yo debo acatar. Son las once y cuarto y hay que volver al sistema nervioso central.
3 comentarios:
No hay nada como la sensación de formar parte de la historia de un libro. Yo leo y releo mis favoritos y siempre me sorprendo intentando cambiar la historia, intentando aconsejar a los personajes de que han o no han de hacer una determinada cosa u otra. Me siguen conmoviendo y sorprendiendo de algún modo sus finales aunque ya los conozco...
Sin duda, la lectura es una de las actividades que más me ha hecho disfrutar desde que era pequeña, pero está claro que en determinadas épocas nos toca dejarla apartada y cumplir con las obligaciones.
Ayyyyy..... lo peor es que parezco gilipollas...
yo también adoro esa sensación. Y odio la epoca de examenes donde lo tienes que aplazar todo, cuando termine los examenes, cuando termine los examenes, y los examenes no terminan nunca, la gente acaba y tu sigues y tu cansancio normal se ve acusado por la soledad de tus obligaciones. Sinceramente yo siempre acabo cayendo en un libro, en un capitulo de la serie que sigo y he dejado aparcada, una pelicula...
En fin me quedan dos día para terminar estos examenes, no sabeis con que gusto los voy a terminar.
un saludo ethos!
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