Ellas, las palabras que guardaba dentro de mí, tenían miedo: morían siempre, a la altura de la glotis.
Resolvieron, pues, en atravesar el océano en un barco de papel.
Ahora, Yann Tiersen escava agujeros en mi pecho, y yo no acierto a creer que el tiempo avanza...
Tengo el corazón inundado de rabia y de tristeza.
2 comentarios:
Yann (: me encanta. Por qué tanta tristeza?!
Porque ella no renunció a la cordura. Por mucho que yo la amara.
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