miércoles, julio 21, 2010
Moon Beams
Un reducto: el corazón más víscera de la ciudad nocturna. El corazón que ansía ponzoña para emborracharse de vida prohibida, de humo, carmín y cubitos de hielo. Bill Evans orquesta esta noche, así que acódate en la barra, pide algo, y piérdete en los ojos maquillados de la chica de la portada.
Es una calma corrosiva la que se desliza. La chica de la portada me mira como queriéndome contar su historia sólo si tengo el valor de atravesar la tiniebla y penetrar en ella hasta que nada tenga sentido. Nada excepto el piano. Y las vísceras. Rozas la ternura, la desesperación, la belleza. Rozas el sexo. Esta noche te descubres debajo de las estrellas, entre humo y cenizas, y bebes, y escuchas la música que suena, y ya no quieres nada más en el mundo. Quieres perderte en el vaso sin fondo que sujetas, o abandonarte entre los muslos de la chica. Ya lo sabes, esta noche no hay futuro, sólo hay música.
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2 comentarios:
jo que porno...
hay musicas que tienen ese efecto, a mi me ha pasado con muchas, la que más con requiem for a dream.
La sensualidad expresada con palabras.
Nada más puedo decir. Me sabía mal seguir sin comentarte nada. Al menos lo haré para que sepas que te sigo leyendo.
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